Introducción
La fuerza muscular (F) es un objetivo tradicional en el entrenamiento de casi todas las modalidades deportivas. Concretamente en el voleibol, las características del juego hacen que los jugadores deban incorporar, en sus rutinas de entrenamiento, elementos específicos para aumentar esta capacidad. Durante el partido, los jugadores necesitan hacer potentes saltos que requieren que la F de los miembros inferiores esté bien desarrollada1-4. Sin embargo, en España, muchas jugadoras de voleibol de nivel nacional (1ª y 2ª división) ni muestran elevados niveles de F ni, en muchas ocasiones, están habituadas a entrenar de forma sistemática e intensa esta capacidad física5.
La F en el voleibol se manifiesta principalmente a través de las diferentes acciones técnicas (saques, remates y bloqueos). El número de saltos varía según la función del jugador, con las nuevas reglas ( rally point ) no suelen sobrepasar los 1006. Conseguir la óptima altura eficaz es fundamental para garantizar un elevado rendimiento en esta modalidad deportiva. Para ello es necesario obtener, de forma rápida, los niveles de F adecuados durante la batida de cada salto. Häkkinen7 señala que la F y la potencia muscular (P) son imprescindibles para aumentar el salto vertical en cualquier deportista, y muy especialmente en los jugadores de voleibol. No obstante, la capacidad de salto por sí sola resulta insuficiente para optimizar una acción técnica en voleibol8; también es preciso conjugar con el componente físico una correcta acción técnica y un momento de ejecución adecuado9. Dicho de otra manera, una mayor altura de ataque aumenta el ángulo de incidencia del mismo, lo que incrementa la probabilidad de acierto10. Lograr esta altura óptima de salto supone planificar correctamente una secuencia lógica de tareas que, por su efecto acumulativo, permita alcanzar el objetivo de mejorar el rendimiento.
La secuencia más habitual de planificación en el voleibol consiste en comenzar el proceso con un trabajo de acondicionamiento estructural y funcional sobre el que desarrollar la F (adaptación de F), continuar con un trabajo de desarrollo de la F útil de los principales grupos musculares implicados en el gesto (desarrollo de F) y finalizar con un trabajo de transformación de las ganancias de F en F explosiva (transformación de F)11. En la fase de desarrollo de F se suelen emplear dos tipos de tareas. Una tiene carácter extensivo, con cargas moderadas y elevado volumen, que sirve de continuación de la etapa de adaptación y permitiría conseguir una adecuada preparación (moderada hipertrofia funcional) de los principales músculos que intervienen en el salto. El otro tipo de tareas es de carácter intensivo (entrenamiento dirigido a la ganancia de F máxima), en el que se emplean cargas más elevadas y menor volumen de trabajo, tratando de lograr los niveles de F necesarios (F útil) sobre los que trabajar la F explosiva (entrenamiento dirigido a la ganancia de P)12.
A pesar de lo anteriormente expuesto, el entrenamiento de F máxima también parece ser eficiente para el desarrollo de la P13,14. Este entrenamiento está caracterizado por la utilización de cargas elevadas (entre 80 y 100% de 1 repetición máxima [RM]) y bajo número de repeticiones (entre 2 y 4)15, y en consecuencia, la velocidad de ejecución es más baja que en el entrenamiento de F explosiva16.
Aún actualmente la mayoría de los entrenadores consideran que el entrenamiento de F máxima es perjudicial para la capacidad de salto y por lo tanto no suelen incluir microciclos de estas características cerca o dentro del periodo competitivo, a pesar de que varios estudios científicos son contrarios a dicha opinión17-19. De esta forma, los datos de la literatura indican que no existe un efecto negativo del entrenamiento de F máxima sobre la capacidad de salto, incluso la mejoran. También hay que resaltar que desde un punto de vista práctico, los entrenadores no suelen incluir dentro de microciclos de F máxima sesiones específicas de pliometría, por entender que los deportistas, por su nivel, ya hacen un número suficiente de saltos durante el entrenamiento técnico-táctico5.
Por otra parte, la teoría del entrenamiento deportivo plantea que la duración de cada secuencia debe ser lo suficientemente prolongada como para permitir una adecuada optimización de las potencialidades de que se disponen y el logro de respuestas adaptativas en cadena que nos permita desarrollar elevados niveles de F en cortos períodos de tiempo20. Sin embargo, la realidad del deporte profesional, por su calendario de competiciones y los cortos plazos de tiempo de que dispone el cuerpo técnico, torna difícil lograr esos objetivos. En el voleibol femenino español, los largos períodos transitorios (3-4 meses) y los largos períodos competitivos (7-8 meses) limitan los tiempos que duran las pretemporadas. En el período transitorio, aquellas jugadoras que no son llamadas por su selección nacional permanecen durante demasiado tiempo con bajos niveles de actividad. Dado que el voleibol es un deporte de largo período competitivo y con el sistema de todos contra todos en la competición principal, donde todos los resultados son importantes, esto obliga a los equipos a iniciar la temporada con un aceptable nivel de rendimiento que evite derrotas que puedan condicionar el resultado final de la competición5. Esto determina aún más la planificación de la temporada y reduce, de forma considerable, el tiempo que dura cada fase de la preparación durante la pretemporada.
El objetivo del presente estudio ha sido verificar, en jugadoras profesionales de voleibol, el efecto de un mesociclo corto de F máxima, durante el periodo preparatorio, sobre las siguientes variables: fuerza dinámica máxima (Fdm), potencia máxima media (Pmm), y capacidad de salto vertical; y secundariamente analizar su efecto en los miembros superiores.
Métodos
Muestra
Once jugadoras, pertenecientes a la plantilla de un equipo profesional de voleibol de la Superliga Española (1ª división), fueron estudiadas durante la temporada 2005-2006. Las características básicas de la muestra se presentan en la tabla 1.
Procedimientos
Se ha realizado un estudio longitudinal, evaluando a las integrantes del equipo antes y después de la realización de un mesociclo corto de F máxima, compuesto por dos microciclos de F máxima, con duración de una semana cada uno, ubicados al final de la pretemporada (fig. 1). Los ejercicios utilizados para el desarrollo de F máxima, tanto de miembro inferior como superior (carga, número de repeticiones, intervalo de recuperación), son mostrados en la tabla 2.
Fig. 1. Secuencia de planificación del entrenamiento utilizada por el equipo para el acondicionamiento estructural y funcional durante el periodo preparatorio. Los tests son: Counter Movement Jump (CMJ), fuerza dinámica máxima (Fdm) y potencia máxima media (Pmm).
Tests
Con el objetivo de analizar la performace muscular de las jugadoras se han realizado tests de salto, de Fdm (4 RM) y de Pmm. Los tests se han llevado a cabo en el propio polideportivo de entrenamiento, los de salto en la propia cancha21 y los de Fdm y Pmm en el gimnasio. Todos los tests fueron realizados a la misma hora y las instrucciones fueron dadas por el mismo evaluador.
Counter movement jump (CMJ)
Partiendo de una posición erecta se hace un movimiento preparatorio de flexión de la rodilla antes de saltar verticalmente tan alto como sea posible. Cada deportista realizaba el contramovimiento en la amplitud que consideraba más eficiente. Los saltos se llevaron a cabo sin la utilización de los movimientos de los brazos; para tal efecto se pidió que las manos fuesen colocadas sobre las caderas. La elevación del centro de gravedad sobre el suelo fue calculada (h en metros) a través del tiempo de vuelo (tv en segundos) aplicando leyes balísticas. El tiempo de vuelo de los saltos se midió con el sistema Muscle LabTM, que posee un cronómetro digital que cuando se conecta a la plataforma estima el tiempo de vuelo a través del tiempo sin contacto con la plataforma. Se realizaron tres intentos y el mejor de ellos fue utilizado para el análisis estadístico.
Test de fuerza dinámica máxima y potencia máxima media
La Fdm y la Pmm de los miembros inferiores y superiores se evaluaron utilizando el ejercicio de media sentadilla empleando un Multipower (GervaSportTM Madrid, España), que es un aparato en el cual la barra se desplaza únicamente de manera vertical dentro de unos enganches que sirven de guía y el ejercicio de press banca realizado en un banco recto (GervaSportTM, Madrid, España). Las barras y discos fueron calibrados antes de la realización de los tests.
La Fdm fue estimada en ambos ejercicios a través de 4 RM y el protocolo utilizado fue el descrito previamente por Kraemer y Fry22. Para la realización del test de Pmm en el ejercicio de media sentadilla se colocaron los hombros en contacto con la barra y el ángulo de comienzo de ejecución del movimiento se estableció con la rodilla a 90o. Una vez dada la orden, los sujetos realizaban una extensión (músculos extensores de la cadera, rodilla y tobillo) comenzando desde la posición de flexión de la rodilla hasta alcanzar la extensión máxima de 180º en contra de la resistencia que venía determinada por discos de peso añadidos a los extremos de la barra. Se dieron instrucciones a los sujetos para que realizasen una acción puramente concéntrica desde la posición de inicio. Para la realización del test de Pmm en el ejercicio press banca los sujetos fueron instruidos igualmente para llevar a cabo una acción puramente concéntrica desde la posición inicial; también se realizaba una pequeña pausa al final del recorrido descendente (aproximadamente 1seg) para evitar la acción reactiva-balística23. Tanto para el ejercicio de media sentadilla como para el de press banca se pidió a las deportistas mantener los hombros en una posición abducida a 90º para asegurar consistencia de las articulaciones del hombro durante la realización del movimiento24, también se les pidió que hicieran los movimientos lo más rápido posible25. Para el test de Pmm se utilizaron cinco y cuatro cargas (25, 35, 45, 55 y 65 kg, media sentadilla; 12, 22, 27, 32 kg, press banca), se recogieron tres intentos con cada una de las cargas y la P más alta de las repeticiones fue la seleccionada (figs. 2A y 2B). Durante los tests también se recogieron datos sobre el desplazamiento de la barra, velocidad media máxima (m/s), potencia máxima media (watts), utilizando el encoder (velocímetro) lineal del Muscle LabTM, que posee un microprocesador que trabaja con una resolución de 10-µs. Cuando se mueve la carga, la señal del transductor óptico interrumpe el microprocesador cada 0,07 mm de desplazamiento. Los cálculos de Pmm se realizaron como lo descrito previamente por Bosco26. Se calculó la velocidad máxima media y la Pmm a través del rango de movimiento usado para realizar la repetición completa.
Fig. 2. Ejemplo de la obtención de la curva potencia/carga de una jugadora de voleibol de este estudio, en un test de carga progresiva de miembros inferiores (A) y de miembros superiores (B). Los valores son antes y después del mesociclo de fuerza máxima y los ejercicios utilizados en el test progresiva han sido media sentadilla y press banca, respectivamente .
Análisis estadísticos
Los resultados se expresaron como media y desviación estándar. La normalidad de la muestra fue calculada usando el test de Shapiro-Wilk. El efecto del entrenamiento (variable independiente) sobre el salto, la Fdm y la Pmm (variables dependientes) fue analizado a través de una prueba de la t de Student. El nivel de significación aceptado fue de p < 0,05. Para todas las pruebas estadísticas se ha utilizado el paquete estadístico SPSS 12.0.
ResultadosCapacidad de salto, Fdm y Pmm de los miembros inferiores
Después de un mesociclo de F máxima, los valores pre y pos-test del CMJ no presentaron diferencias estadísticamente significativas (fig. 3). Por otra parte, la Fdm y Pmm de los miembros inferiores presentaron incrementos estadísticamente significativos del 8,15% (p < 0,05) y 2,22% (p < 0,05), respectivamente (fig. 4A).
Fig. 3. Elevación del centro de gravedad sobre el suelo en el Counter Movement Jump (CMJ) antes y después del mesociclo de fuerza máxima. ns: p > 0,05
Fig. 4. Valores de fuerza dinámica máxima (Fdm) y potencia máxima media (Pmm) de los miembros inferiores (A) y superiores (B) antes y después del mesociclo de fuerza máxima. *: p > 0,05
Fdm y Pmm de los miembros superiores
Se han observado incrementos estadísticamente significativos en la Fdm y Pmm de los miembros superiores del 10,63% (p < 0,05) y 9,16% (p < 0,05), respectivamente (fig. 4B).
Discusión
Dos semanas de entrenamiento de F máxima, en jugadoras de voleibol experimentadas y de buen nivel de rendimiento, resultaron ser suficientemente eficaces para conseguir una mejora significativa en la Fdm y la Pmm, tanto de miembros inferiores como superiores; esta mejora se produjo sin alteración de la capacidad de salto.
Estas ganancias observadas pueden ser debidas a respuestas adaptativas del sistema nervioso (adaptaciones neuromusculares). En la literatura científica, la ganancia en Fdm a partir de un mesociclo de F máxima de ocho semanas de duración se encuentra bien fundamentada y se relaciona con factores tales como: a) maximización del reclutamiento de las unidades motoras, b) aumento de la frecuencia de reclutamiento y c) desarrollo de la coordinación intermuscular27. Sin embargo, la realidad de la pretemporada del voleibol español (máximo 6 semanas) tornan inviables mesociclos de F máxima con duraciones superiores a 2 ó 3 semanas.
Aunque varios autores28-30 han analizado los efectos del trabajo sistemático de F sobre la capacidad de salto, éste es a nuestro entender, el primer trabajo que analiza el efecto de un mesociclo de F máxima de corta duración sobre la Fdm, la Pmm y la capacidad de salto, en jugadoras profesionales de voleibol.
El hecho de que, en el presente estudio, las mejoras se manifiesten en la Fdm y la Pmm, pero no en la capacidad de salto, puede deberse a los siguientes motivos: a) la muestra se compone de jugadoras muy experimentadas en la ejecución de acciones técnicas que se ejecutan en salto (saques, bloqueos y remates), pero carecen de buenos niveles de F de base, lo cual hace que sean más susceptibles de conseguir ganancias importantes al iniciar un entrenamiento dirigido a la F máxima; b) el desplazamiento de la curva de P/carga muestra un aumento en la capacidad de generar P con cargas más elevadas (fig. 2) , y no a costa de un incremento de la velocidad, lo que hubiera afectado más directamente la capacidad de salto; c) la duración del entrenamiento no ha sido suficiente para que los aumentos en Fdm se puedan reflejar en la capacidad de salto. Este concepto, denominado lag time31 , se refiere al tiempo que se necesita para que un aumento en la Fdm sea observado en una tarea de transferencia (por ejemplo, salto), y d) para que las mejoras en la Fdm se reflejen en un aumento de la capacidad de salto hay que alterar los parámetros de control en la ejecución de la tarea3, aunque esto es poco probable ya que en deportistas experimentados en salto, como es el caso, se esperaría que este ajuste en el control debería ocurrir de forma relativamente rápida.
Sobre los incrementos en la Fdm y en la Pmm, nuestra opinión es que cuanto más elevados sean sus niveles en la musculatura extensora de miembros inferiores y superiores, más eficientes serán en las acciones propias del voleibol, más estable será su nivel de rendimiento durante el partido y/o la temporada y menos riesgos de lesión tendrán esas jugadoras.
Por otra parte, el no utilizar durante las sesiones de preparación física de este período series específicas de salto (pliometría), no supuso un elemento negativo en el proceso de entrenamiento. De esta forma se trató de no sobrecargar las estructuras tendinosas y articulares de las jugadoras que ya ven muy solicitadas esas zonas con el elevado número de saltos que realizan durante las sesiones técnico-tácticas. De hecho, la eficacia de utilizar sólo sobrecargas, sin sesiones específicas de pliometría, en el entrenamiento de jugadores de voleibol ya fue comprobada por otros autores18,32,33. Por otra parte, Rodríguez34 señala que centrar el entrenamiento hacia el desarrollo de la F máxima permite mejorar la Fdm, pero en un corto periodo de tiempo, no es suficiente para mejorar la capacidad de salto, ya que ese autor, en jugadores de voleibol de alto nivel, no encuentra mejora significativa en los tests de salto (SJ, CMJ); sin embargo, sí se observan mejoras cuando el test de salto se realiza con carga añadida ( squat jump + peso corporal).
Bajo nuestro punto de vista, las ganancias de Fdm observadas, además de crear las bases condicionales de F sobre las que más adelante poder mejorar la capacidad de salto en el juego, también permiten preparar la musculatura para las exigencias de un prolongado período competitivo. En el caso de este estudio, esto se cumplió, ya que las jugadoras consiguieron mayores capacidades de salto en los momentos claves de la temporada y disminuyeron los porcentajes de lesión respecto a temporadas anteriores (datos no mostrados). Para tal efecto, se programaron sesiones específicas de F máxima (sesiones de recordatorio) a lo largo de los dos ciclos en los que se divide la temporada. En esta línea, Häkkinen29 sugiere que para mantener los niveles de F explosiva en jugadoras de voleibol, se deberían mantener adecuados niveles de F a lo largo de toda la temporada, utilizando tanto cargas elevadas como moderadas, esta última para entrenar la F explosiva.
En conclusión, el empleo a corto plazo de un mesociclo de F máxima al inicio de la temporada resultó una estrategia útil para mejorar la Fdm y la Pmm de la musculatura extensora de miembros inferiores y superiores. Tal hecho permitió preparar adecuadamente a las jugadoras de cara al inicio de la temporada sin que se afectase su capacidad de salto, permitiéndoles afrontar los primeros partidos de la temporada sin disminución en la capacidad de rendimiento en el juego. Por otra parte, se aconseja a los entrenadores que, dentro de sus posibilidades, aumenten la duración del mesociclo de F máxima, sin detrimento de la duración de los otros mesociclos, durante la pretemporada, con el fin de que estas mejoras se puedan reflejar también en la capacidad de salto.
Correspondencia:
M. E. Da Silva-Grigoletto.
Centro Andaluz de Medicina del Deporte. Pl. de Vista Alegre, s/n.
14003 Córdoba.
Correo electrónico:
pit_researcher@yahoo.es
Historia del artículo:
Recibido el 20 de febrero de 2008 Aceptado el 15 de mayo de 2008.