Los indicadores de la valoración de la maduración biológica son ampliamente utilizados en diversas áreas. Proporcionan información relevante que permite determinar el ritmo o tiempo de maduración individual. El uso y la aplicación varía entre las técnicas, sin embargo, todos tienen un objetivo común, la clasificación de los niños y adolescentes en estadios de maduración. En este sentido, el objetivo de la presente revisión fue describir los indicadores de maduración biológica e indagar los posibles usos y aplicaciones dentro del ámbito escolar. Se concluye que a) la mayoría de los estudios coinciden en especificar que la maduración esquelética o edad ósea es el indicador más útil, aunque la predicción del pico de velocidad de crecimiento propuesta por Mirwald et al. (2002) es un indicador que permite valorar a poblaciones escolares de forma transversal y b) la valoración de la maduración, independientemente del tipo de metodología puede ser aplicada en el área clínica, la escuela, en el deporte y en la calidad de vida, como un medio de clasificación de grupos de trabajo para homogeneizar a los niños y adolescentes en circunstancias deportivas y no deportivas.
The indicators for the assessment of biological maturation are widely used in various fields. Provide relevant information for determining the rate or time of individual maturation. The use and application varies between techniques, however, all have a common goal, the classification of children and adolescents in maturation stages. In this sense, the objective of this review was to describe indicators of biological maturation and investigate the possible uses and applications within the school. We conclude that a) most studies agree that specify skeletal maturity or bone age is the most useful indicator, although predicting the peak growth rate given by Mirwald et al. (2002) is an indicator for assessing school populations transversely, and b) the assessment of maturation, regardless of the methodology can be applied in the clinic, school, sports and quality of life as a means of classifying groups working to unify children and adolescents in circunstances competition and non-sports.
INTRODUCCIÓN
La pubertad es un periodo de maduración biológica marcado por el surgimiento de las características sexuales secundarias, estirón de crecimiento y modificaciones en la composición corporal1. Es en esta fase de desarrollo, similar a la del periodo fetal, hay crecimiento en altura y los cambios en la composición corporal son intensos y rápidos. De hecho, la cronología en intensidad y duración a lo largo de la pubertad son específicos para cada adolescente y pueden variar considerablemente entre ellos2, por esta causa, la variabilidad entre los jóvenes de una misma edad cronológica muestra diferencias en estatura, peso, fuerza, velocidad y resistencia3,4, surgiendo la necesidad de clasificar a los niños y adolescentes en función de la maduración biológica5.
Básicamente se consideran cuatro indicadores de maduración biológica (dental, sexual, somática y esquelética), a través de los cuales es posible su valoración buscando su aplicabilidad en el ámbito escolar. La literatura muestra varias metodologías disponibles que permiten evaluar la maduración biológica, sin embargo, la búsqueda de metodologías simples, prácticas y no invasivas para valorar la maduración biológica siempre fue una constante a lo largo de los años. En ese sentido, Malina y Bouchard4 señalan que los indicadores más usados para valorar la maduración biológica son a partir de los caracteres sexuales secundarios, la edad esquelética y el pico de velocidad de crecimiento (PVC), considerando, que a manera de consenso, varios estudios sugieren que la edad esquelética se constituye como el indicador de madurez más útil para caracterizar ritmos o "tiempos" de maduración durante el crecimiento6-8, así como también la propuesta de Mirwald et al.7 basada en medidas antropométricas simples, constituye una gran posibilidad para predecir el PVC de niños y adolescentes de forma transversal en un solo momento.
En este contexto, basados en la revisión bibliográfica se plantean los siguientes interrogantes: ¿qué indicadores de maduración biológica podrían ser considerados en el ámbito escolar y deportivo? y ¿qué usos y aplicaciones podrían darse, si se pudiera determinar el nivel de maduración biológica en niños y adolescentes? Por esta razón, debido al creciente interés por conocer el proceso de maduración biológica, el objetivo del presente artículo ha sido la realización de una revisión bibliográfica que permita describir los indicadores de maduración biológica e indagar sobre los posibles usos y aplicaciones dentro del ámbito escolar y deportivo. Para ello, como estrategia de búsqueda bibliográfica efectuada del 15 de octubre del 2011 al 15 de enero del 2012, se han localizado artículos en las bases de datos informatizadas on line más importantes en los ámbitos de las áreas de la salud y la educación física, incluyendo: PubMed, Med-Line, Scopus, Scielo, Lilacs, Sport-Discus, publicados posteriormente a 1995 y utilizando como palabras clave: adolescencia, maduración sexual, escolares, pubertad, métodos e indicadores. Se consideró como criterios de inclusión: a) estudios de revisión; b) estudios descriptivos y c) estudios de intervención), y de exclusión: a) estudios científicos publicados en forma de resumen y/o comunicaciones cortas; b) redactados en idioma distinto al inglés, español o portugués.
ASPECTOS CONCEPTUALES
La palabra maduración deriva del vocablo latíno "maturatio"que significa "aceleración" y clásicamente es definida como el conjunto de fenómenos de crecimiento y de diferenciación celular que contribuyen a la aparición de determinadas funciones en el organismo9. La maduración supone cambios programados a nivel genético, que se presentan con el tiempo de forma natural10, donde cada individuo nace con su propio reloj biológico que regula su progresión hacia el estado de madurez4.
Es importante considerar algunos términos como la edad cronológica, que Gallahue11 define como la edad determinada por la diferencia entre un día indicado y el día del nacimiento de un individuo, que al presentarse en forma de fracción centesimal podría evitar errores metodológicos, sobre todo cuando se utiliza en investigaciones científicas. Por otro lado, la edad biológica se refiere según Lopes-Machado y Barbanti12 a la edad de un individuo definida por los procesos de maduración y por influencias exógenas, siendo posible encontrar diferentes edades biológicas entre individuos de la misma edad cronológica.
En este sentido, el concepto de maduración relaciona la edad biológica de un individuo con su edad cronológica, puesto que para niños de la misma edad y el mismo sexo, la variación en edad biológica es muy grande, esto en razón a las diferencias individuales en el ritmo de desarrollo13, por lo que durante este proceso los niños y adolescentes pueden presentar maduración precoz, normal y/o tardía.
Una característica importante de la maduración indica que el desarrollo siempre ocurre en secuencias fijas13, donde todos los/as niños/as denominados normales pasan por las mismas secuencias de desarrollo y en el mismo orden14. De hecho, la maduración biológica es un proceso de importantes cambios fisiológicos que se manifiestan de forma más intensa durante la adolescencia y el tiempo de su aparición depende del sexo y la etapa de maduración15.
En suma podemos definir la maduración como un proceso gradual en el tiempo, en el que se presentan sucesivas modificaciones cualitativas en la organización anatómica y fisiológica, a través del cual se desencadena una gran movilización hormonal durante la pubertad hasta alcanzar el estado de madurez adulto. En este sentido, se destaca una gran cantidad de cambios biológicos que ocurren durante la pubertad, como la maduración sexual, aumento de la estatura y peso, así como la finalización del crecimiento esquelético que va acompañado por un marcado aumento de la masa ósea, cambios en la composición corporal16 e incrementos en el rendimiento físico17. De esa forma representa el puente evolutivo entre la segunda infancia y la edad adulta en la que se conjugan aspectos: biológicos, psicológicos, sociales y culturales. Por lo tanto, puede definirse por las conductas de los adolescentes referentes a la búsqueda de sensaciones, independencia, o la necesidad de explorar y de vivir nuevas experiencias, que posibiliten la adquisición de las habilidades necesarias para madurar y llegar a convertirse en personas adultas18.
Finalmente, es necesario destacar que el PVC, como un indicador somático de la maduración en la adolescencia4, indica la edad de máximo crecimiento durante la etapa del estirón del adolescente.
Importancia de la valoración de la madurez
La evaluación de la maduración biológica es importante cuando existe el objetivo de verificar la velocidad de maduración, que puede ser precoz, normal o tardía19. Se destaca la importancia de su valoración en diferentes áreas como: salud, pediatría, deporte e investigación.
Dentro del área de la salud, el Comité de Expertos de la Organización Mundial de la Salud especifica que el estado de madurez debe ser tomado en cuenta para relacionarlo con la salud y con el uso e interpretación de la antropometría basada en la edad cronológica20, surgiendo la necesidad imprescindible de evaluar la maduración biológica durante la fase del crecimiento y desarrollo de niños y adolescentes, independientemente del método a utilizar, puesto que existe variabilidad en el crecimiento somático y biológico entre individuos de la misma edad cronológica, que se acentúa por el crecimiento en la etapa de la adolescencia21-23.
En el área pediátrica en particular, permite la interpretación clínica de las enfermedades endocrinas, el estado del crecimiento24 y la calidad de vida25. En el ambiente deportivo, su valoración es esencial desde una perspectiva de la investigación y clasificación de los deportes juveniles7, ya que la edad cronológica es de limitada utilidad en la evaluación del crecimiento y la maduración26, tanto para adolescentes deportistas como no deportistas. Varios son los casos que se encuentran en adolescentes con diferentes estadios de maduración dentro de un mismo grupo de entrenamiento o categoría competitiva, situación que puede favorecer a los más precoces en el proceso de desarrollo biológico, y puede desmotivar a otros más tardíos, con posibilidades de ser excelentes atletas en el futuro27.
Factores que influyen en la maduración
El cuerpo humano es un complejo sistema de células, la mayoría de las cuales se agrupan en sistemas de órganos que tienen funciones especializadas y que pueden experimentar una serie de cambios a lo largo del crecimiento y desarrollo. En este sentido, clásicamente Gesell28 considera que el desarrollo está influenciado por dos factores principales: el medio ambiente y el aspecto biológico (herencia). Sin embargo, aunque existe una relación recíproca entre herencia y ambiente, el desarrollo está determinado fundamentalmente por factores biológicos o genéticos. Este proceso se conoce como maduración. La maduración, entonces, está dirigida o gobernada por factores intrínsecos o innatos14 y por factores extrínsecos o ambientales que estimulan, modifican y contribuyen al proceso de desarrollo, pero no lo generan como señala Gesell28. La figura 1 muestra los diversos factores que influyen en la maduración biológica.
Fig. 1. Factores que influyen en la maduración biológica.
Pues bien, el crecimiento somático y la maduración son influenciables por varios factores que actúan de forma independiente o en conjunto para modificar el potencial genético del crecimiento de un individuo29. Esta interacción entre genética y medio ambiente es compleja y no aditiva.
Dentro de los factores intrínsecos, a nivel hormonal surge una transformación de las gónadas de un estado infantil a uno adulto30 y como consecuencia una mayor segregación hormonal. Así también el factor genético, según Malina31, tiene una gran participación en la determinación de las potencialidades máximas para la estatura, distribución de la masa corporal, longitud de los miembros, estructura ósea y aspecto facial, características que pueden verse afectadas y no alcanzar su máxima potencialidad debido a la presencia de enfermedades.
Por otro lado, para explicar el efecto de los factores ambientales sobre el potencial genético, se puede observar que los habitantes de países industrializados y algunas naciones en desarrollo con mejor nivel socioeconómico alcanzan la talla adulta a una edad más temprana32 y muestran una maduración sexual más temprana que las precedentes, lo que significa que el fenómeno de maduración en la actualidad es mayor que en las anteriores generaciones, esto explica el efecto de la tendencia secular.
Así, todas estas condiciones de vida, relacionadas con el nivel socioeconómico, la higiene, la alimentación inadecuada o insuficiente, estado nutricional, oportunidades para el desarrollo de actividades físicas y la tendencia secular podrían determinar la presencia de una temprana, normal o tardía maduración.
Predicción de la estatura adulta
Aunque el control genético del ritmo de crecimiento parece ser independiente de la forma y tamaño del cuerpo, los cambios inducidos por el medio ambiente en el tiempo no parecen alterar significativamente la estatura del adulto33. En consecuencia, el potencial genético está determinado por la adquisición de una estatura que represente el 100% de su capacidad de crecimiento y cuando existe disminución del material genético, exceso o expresión anormal del mismo, la estatura será en general menor a la esperada del promedio de los padres y se manifestará desde la vida intrauterina.
Su valoración puede efectuarse a través de los valores expresados en porcentaje que se alcanza a determinada edad. Bayley34 elaboró un cuadro que permite pronosticar con cierta seguridad la futura estatura de un individuo a partir de las mediciones individuales tomadas durante la niñez (tabla 1). Algunos estudios en gemelos sugieren que la estatura es un continuo rasgo complejo en el que sugieren que el 80-90% es heredable35,36. La previsión de la estatura definitiva prevista (EDP) se obtiene a partir de la siguiente fórmula:
Por otro lado, la correlación entre la estatura media de los padres y la estatura del hijo (expresada en centímetros) es de 0,75 - 0,78 y expresada en desviaciones estándar la DE es de 0,55 - 0,6037entre los 2 y 9 años. Existen tablas de correlación entre la estatura media de los padres (estatura materna + estatura paterna /2) (EMP) y la estatura del niño entre 2 y 9 años descritas por Tanner, Goldstein, Whitehouse38. En este sentido, para calcular la estatura del hijo de una determinada pareja de esposos, asumiendo que el proceso de herencia fue normal y que los factores ambientales han influido de forma similar en ambas generaciones, el método más usado es el propuesto por Tanner:
Indicadores de maduración
La búsqueda de metodologías para evaluar la maduración biológica siempre fue una constante a lo largo de los años. Las primeras evaluaciones de maduración esquelética se remontan a principios del siglo XX6, posteriormente fue introducida la técnica descrita por Tanner39, para evaluar las características sexuales secundarias, surgiendo como un método auxiliar para clasificar el desarrollo de la maduración40. Ya en la actualidad existen otras metodologías que apuntan a la valoración de la edad ósea o esquelética en el que utilizan radiografías, ultrasonido, ecografía y hasta resonancia magnética41-43.
La sucesión de los cambios biológicos, psicológicos y cognitivos que se inician en la pubertad16 producen una gran cantidad de desviaciones en la edad de aparición, tanto en la duración como en el ritmo de estos eventos dentro y entre los jóvenes. Esa variabilidad entre los jóvenes se explica cuando en una misma edad cronológica se observan diferencias en estatura, peso, fuerza, velocidad y resistencia4,5, y en algunos casos, entre los adolescentes nacidos en el mismo año puede existir una diferencia de edad biológica de hasta 5 años. Esto explica la necesidad de clasificar a los niños y adolescentes en función de la maduración biológica6, con la intención de disminuir las desventajas entre compañeros. De ahí que surge la búsqueda de las mejores posibilidades, que permitan seleccionar una adecuada metodología para valorar la maduración biológica, la cual depende de algunos factores como: la simplicidad, fiabilidad y bajo coste, no obstante, todas las metodologías que evalúan los mecanismos de la maduración presentan limitaciones44.
Los indicadores más usados para valorar la maduración biológica son a partir de los caracteres sexuales secundarios, edad esquelética y PVC (Malina, Bouchard, Bar-Or2), (tabla 2). Cabe destacar que la edad dental es también considerada como otra técnica muy amplia y de limitada aplicación, a pesar de que su uso es relevante para los odontólogos en general, ortodoncistas y pediatras en relación a las decisiones terapéuticas45.
Por lo tanto, la edad esquelética constituye el indicador de madurez biológica más útil para caracterizar ritmos o "tiempos" de maduración durante el crecimiento6-8, ya que otros indicadores tradicionalmente utilizados se limitan a ciertas etapas de la vida y muestran gran variabilidad en especial durante la pubertad. A continuación se describen de forma más detallada cada uno de los indicadores más comunes de valoración de la maduración biológica.
Maduración dental
La estimación de la edad dental es un método muy utilizado, no sólo en la atención médica y estomatológica, sino también en antropología física. Su eficiencia podría ser comparable con el crecimiento esquelético54 y su determinación tiene un papel importante en la medicina forense, al permitir la identificación de cuerpos, las conexiones con crímenes y accidentes55, así como también en la evaluación del crecimiento y desarrollo de niños sanos, en endocrinología pediátrica y en niños con diferentes enfermedades o síndromes56.
La edad dental, al igual que la edad esquelética, actúa como un índice de maduración biológica y es determinada por dos métodos: estado de erupción dental y el estadio de gemación, donde se compara el estado de desarrollo radiológico de los diferentes dientes frente a una escala de maduración, de esta forma, no sólo se mide la última fase de desarrollo dental, sino todo el proceso de remineralización. La valoración se efectúa adjudicando a cada diente una puntuación según su estado de desarrollo, de esa forma, la suma de los diferentes puntos señala el valor de la madurez, que se puede convertir directamente en la edad ósea con ayuda de tablas convencionales, y cuanto menor es la suma de puntos, menor es la edad dental y viceversa50.
Maduración sexual
La maduración sexual se da por cambios hormonales que se reflejan en todo el cuerpo29. El sistema reproductivo se desarrolla y los caracteres sexuales secundarios se manifiestan57. En ambos sexos se presenta la aparición del vello púbico y axilar. En los hombres cambia la voz y nace la barba, el 85% de los hombres pueden presentar un cambio de voz adulta en el pico de crecimiento, aunque este cambio se cuestiona porque puede ocurrir en cualquier momento del crecimiento puberal. Sin embargo, Hagg y Taranger58 sugieren que se puede evaluar a partir de la menarquía y el cambio de voz.
La valoración de la maduración sexual, también conocida como escala de Tanner, se basa en la observación de las características sexuales secundarias de los adolescentes. Esta técnica propuesta por Tanner39 permite clasificar durante el examen físico en una escala que varía el estadio de 1 a 5. En la decisión de clasificar el desarrollo del vello púbico, los genitales y las mamas entran en juego factores éticos y culturales40, lo que limitaría su diagnóstico. Sin embargo, surge la posibilidad de realizar una autoevaluación en privado. Esta técnica de valoración se limita al periodo de la adolescencia y en una situación no clínica se considera particularmente para los niños, adolescentes y padres como incómoda7.
En líneas generales, la valoración de la maduración sexual permite a los profesionales de la salud determinar el grado de maduración puberal que se produjo en los adolescentes, independientemente de su edad cronológica16, convirtiéndose en un indicador de rutina, tanto en la clínica como en la escuela y en los clubes deportivos.
Algunos estudios consideran que la maduración sexual se correlaciona muy bien con el crecimiento lineal, cambios en el peso y la composición corporal y con los cambios hormonales59, lo que permitiría estimar el momento del crecimiento esquelético del adolescente60, puesto que la osificación y calcificación del esqueleto durante la adolescencia llega a su término a los 17-20 años61.
En la evaluación de la maduración sexual hay tres estadios, considerando que el estadio 1 es prepúber, 2 - 4 progresión en la pubertad (púber) y 5 constitución adulta (pospúber), tanto en el desarrollo de las mamas (M), genitales (G) y vello púbico (P) (fig. 2).
Fig. 2. Estadios de la maduración sexual. M: estadio maduracional de mamas; P: vello púbico; G: genitales; M2: etapa embrionaria; M3: diámetros areolares de las mamas aumentan de tamaño; M4: segunda elevación de las mamas; M5: etapa adulta; P2: primer vello; P3: vello oscuro, rizado y visiblemente pigmentado; P4: vello similar al tipo adulto pero de menor extensión; P5: etapa adulta; G2: inicio del desarrollo del pene; G3: ampliación en la longitud del pene, crecimiento de testículos y descenso del escroto; G4: similar al adulto, mayor desarrollo del glande; G5: etapa adulta.
Maduración esquelética
La maduración esquelética u ósea es la más útil para caracterizar ritmos o "tiempos" de maduración durante el crecimiento62, es costosa, requiere de equipo especializado e interpretación y cuestiones que incurren en la seguridad radiológica7, siendo necesario durante su interpretación considerar la decisión de al menos dos observadores experimentados57, evitando errores de interpretación por falta de experiencia.
La edad ósea se describe por el grado de maduración de los huesos de un niño63, y su medición se realiza a través de la interpretación de los indicadores de madurez, que son características radiográficamente visibles de los huesos que se someten a sucesivos cambios durante la maduración. La mayoría de los indicadores reflejan la sustitución del cartílago por el hueso, pero algunos indican el crecimiento del hueso en las superficies o el subperiostio del hueso43, pudiendo existir diferencias en las tasas de crecimiento individuales; así en el esqueleto de los niños de la misma edad cronológica pueden observarse marcadas diferencias en la madurez. Por lo tanto, la edad esquelética no sólo puede ser utilizada para determinar la edad biológica, sino también ayuda a comprender el potencial genético, crecimiento y desarrollo de los niños64. En consecuencia, su valoración puede cubrir todo el periodo del crecimiento, desde el nacimiento hasta la madurez7.
Las técnicas para su valoración implican exposición a los rayos X (RX), que por mínima que ésta sea, no suele estar justificada, a menos que estén indicadas por un médico que necesite de pruebas radiográficas65-67. Según García de la Rubia, et al.61 los métodos analíticos basados en la valoración de al menos las radiografías de la mitad del esqueleto, han sido descartados por la dependencia que tienen de la experiencia del observador y por el exceso de radiación que se administra. Los métodos cualitativos basados en el atlas de Greulich y Pyle (G-P)64 y los métodos de puntuación basados en el atlas de Tanner-Whitehouse67, son los que se siguen utilizando en la actualidad para la valoración de la edad ósea. Como indicadores de madurez se toman los centros de osi ficación individuales, ya que tienden a ocurrir y desarrollarse con regularidad en un orden definido57 . Las zonas anatómicas varían de método a método (tabla 3):
Maduración somática
La liberación simultánea de la hormona de crecimiento, hormona tiroides y los andrógenos estimulan la rápida aceleración de la estatura y el peso. Este aumento dramático de la estatura se conoce como el segundo estirón que se presenta en la adolescencia, o también conocido como el PVC.
En estudios longitudinales el PVC es considerado como un indicador de maduración en la adolescencia4, el cual se caracteriza por ser una técnica muy utilizada durante el periodo de la maduración7, presentando mayor precisión en relación a otras técnicas de medición.
La maduración somática puede ser valorada a través de técnicas antropométricas, donde las variables de peso y estatura por lo general son comparadas con tablas referenciales de tipo transversal y/o longitudinal. Así, en el caso de las niñas se considera que la media del pico de velocidad (PV) de estatura en niñas es de 9cm/año a los 12 años y el aumento total de estatura es de 25cm durante el crecimiento puberal69, sin embargo, en el caso de los niños el promedio del PV de la estatura es de 10,3 cm/año, presentándose dos años más tarde en relación a las niñas, y corresponde al estadio 4 de los genitales de Tanner, aumentando 28cm de estatura21,69.
Respecto al peso corporal, en los niños el PV del peso se produce aproximadamente al mismo tiempo que el pico de velocidad de la estatura y es de 9kg/año. En las niñas el aumento del peso máximo se produce antes del PV de la estatura (6 meses) y llega a 8,3kg/año a los 12,5 años aproximadamente33.
En suma, la maduración somática puede ser valorada a través de dos técnicas: velocidad de crecimiento durante el tiempo y por medio del PVC diagnosticado a través de medidas antropométricas.
Velocidad de crecimiento. Se refiere a la tasa de crecimiento de un individuo en un determinado lapso de tiempo y no se puede utilizar en una sola vez70. Requiere de dos mediciones con intervalos no menores de tres meses y no mayores de 18 meses. La velocidad de crecimiento se considera normal cuando se ubica al niño y/o adolescente entre los percentiles 10 y 90. Para el cálculo se utiliza la siguiente fórmula:
Pico de velocidad de crecimiento. Esta técnica es propuesta por Mirwald et al7, en la que es necesario medidas antropométricas como peso, estatura, altura tronco cefálica (estatura sentado) y la diferencia entre la estatura y la altura tronco cefálica. Es considerada como práctica y no invasiva15 y permite predecir la proximidad y el alejamiento del PVC en años desde -4, -3, -2, -1, 0, 1, 2, 3, donde cero (0) significa el PVC. Las ecuaciones de regresión para ambos sexos se observan en la tabla 4.
Estudios que engloban la maduración biológica
A partir de los estudios que utilizan indicadores de maduración se puede inferir que varios son los factores que afectan el crecimiento y desarrollo de niños y adolescentes. Estos factores actúan de forma independiente o en conjunto para modificar el potencial genético de un individuo29.
Tendencia secular
La tendencia secular en la estatura y el desarrollo de los adolescentes es una prueba más de la influencia significativa de los factores ambientales sobre el potencial genético para el crecimiento lineal en un individuo71. De hecho, hace un siglo y medio la talla promedio del hombre se alcanzaba a los 23 años, en contraste con los 17 años actuales, y la edad de la menarquía ha declinado de 17 a 12,5 años72. Esta tendencia secular parece haberse nivelado en los últimos 50 años73, sobre todo en países industrializados, aunque el cambio en el ritmo del crecimiento y maduración de los adolescentes en países subdesarrollados continúa mejorando. En este sentido, varios estudios documentan ampliamente una tendencia secular positiva en varias regiones del mundo sobre el crecimiento físico de niños y adolescentes74-78. Por lo tanto, la explicación más evidente de este fenómeno es producto de la mejora nutricional, la reducción en la frecuencia y duración de las enfermedades durante la infancia72, así como mejores condiciones de vida, saneamiento y en general la salud pública79.
Nutrición
La nutrición es la que ejerce mayor influencia sobre el crecimiento y desarrollo, dado que una alimentación sana y equilibrada durante los primeros años de vida y durante la fase de crecimiento garantiza el normal desarrollo de los niños y adolescentes. Un aporte adecuado de calorías es esencial para el normal crecimiento de los seres humanos y las necesidades varían según la fase de desarrollo. En este sentido, el estado nutricional tiene un importante efecto modulador en el desarrollo sexual de los adolescentes29, que se explica porque la obesidad y el sobrepeso están asociados con el inicio precoz de la maduración sexual80-82, a su vez, la desnutrición está asociada con la pubertad tardía64,76. Por lo tanto, las deficiencias de energía84 en proteínas85 y zinc86 han sido relacionadas con la falta de crecimiento, sin embargo, las dietas ricas en grasa están asociadas al aumento del peso y obesidad87.
Condición socioeconómica
La condición socioeconómica conlleva una serie de hábitos, comportamientos, condiciones y estilos de vida familiar, lo que se traduce en términos de pobreza y riqueza. El Comité de FAO/WHO88 destaca que la condición socioeconómica está relacionada con el estado nutricional, ya que el consumo alimenticio depende de la capacidad para comprar los alimentos. En este sentido, en una familia numerosa con ingresos limitados los niños no reciben una nutrición adecuada. Como consecuencia, los niños de condición socioeconómica alta son más altos y presentan mayor peso con el transcurso de la edad cronológica y maduran más temprano que aquellos niños de condición económica baja89.
En suma, el impacto de la pobreza y bajo nivel socioeconómico sobre el crecimiento y la malnutrición en la preadolescencia y la adolescencia, tanto en países desarrollados y en desarrollo son ampliamente analizados por varios estudios90-92, lo que permite identificar las relaciones entre pobreza y desnutrición infantil92, inclusive la falta de acceso a las condiciones de saneamiento y asistencia sanitaria imposibilitan la consecución de un adecuado potencial genético. A su vez, la variación de estatura que se observa entre grupos de personas de diferentes condiciones socioeconómicas se manifiesta en diferentes intensidades93, así la clase social a la que pertenecen los niños y adolescentes desempeña un papel preponderante en el proceso de crecimiento y desarrollo, ya que en los países menos desarrollados las diferencias entre los centros urbanos, marginales y rurales son marcadas y probablemente se deban a factores socioeconómicos y nutricionales, respectivamente.
Actividad física
Existe una asociación entra la maduración biológica y la actividad física sistemática, que se explica en razón a que las variaciones que se dan en la composición corporal se relacionan con el estadio de maduración, y consecuentemente surgen diferencias en relación al rendimiento motor, esto se explica debido a que los cambios en la estructura morfológica poseen relación directa con las respuestas fisiológicas frente al ejercicio94, pudiendo observarse claramente cuando se compara individuos de la misma fase etaria, pero con diferente estadio de maduración, donde los adolescentes con una edad biológica acelerada van a poseer mayores valores en tamaño físico, con aumento de la masa mineral ósea y de la masa magra en relación a los adolescentes que se encuentran en edades biológicas atrasadas27, y como consecuencia de ello, mejores valores en relación al nivel de rendimiento motor, como fue mostrado por Ara, et al.95 en individuos prepúberes que participaron en programas de actividad física durante tres horas semanales, observándose una disminución de la grasa corporal del tronco y del cuerpo en general, además de que aumentaron significativamente el nivel de aptitud física.
Por otro lado, Malina96 señala que la edad de la menarquía en las adolescentes que entrenan en un deporte es más tardía en relación con las que no entrenan, por lo que la práctica del entrenamiento físico regular conlleva un retraso en el comienzo de los ciclos menstruales. El retraso del crecimiento y la maduración sexual se encuentra bien documentado en ciertos grupos de atletas de elite, especialmente en corredores de distancia, gimnastas y bailarinas97. En este sentido, de la Paz91 considera que la intensidad y la duración del trabajo físico durante la pubertad podrían tener una influencia en la maduración, debido a que la energía gastada en la actividad física es muy alta y produciría un desequilibrio en la alimentación99, y consecuentemente se asocia con el retraso de la pubertad y los bajos niveles de gonadotropina100. Sin embargo, los estudios realizados en varones indican que no existe ningún efecto adverso sobre la maduración sexual101. Por lo tanto, las preocupaciones acerca de la influencia del entrenamiento deportivo sobre la maduración sexual en mujeres deportistas advierte que los ejercicios prolongados y extenuantes, y el bajo nivel de grasa corporal, podrían retrasar la maduración sexual, disminuir el crecimiento esquelético y finalmente la estatura (Asociación Médica Americana, Asociación Dietética Americana)102.
Altitud
Finalmente, otro de los factores que podrían influir o alterar el crecimiento y desarrollo es la altitud; condición que genera una presión atmosférica reducida, frío, terreno irregular y cuyas características podrían ejercen profundos efectos sobre la vida vegetal y animal, determinando las especies de plantas a ser cultivadas, las especies de animales a ser criados, así como el nivel socioeconómico y el grado de aislamiento de las comunidades que conforman estos ecosistemas103. En consecuencia, los niños que viven bajo estas condiciones de estrés ambiental generado por la hipobaria muestran reducido tamaño corporal en todas edades después del nacimiento104, a su vez, presentan una reducción porcentual en la velocidad del crecimiento, especialmente en la pubertad105, con lo que se produce retardo en el crecimiento lineal, maduración esquelética y sexual, respectivamente106-107.
SUGERENCIAS Y RECOMENDACIONES FINALES
La mayoría de los estudios revisados sugieren el uso de técnicas para valorar y controlar la maduración biológica de niños y adolescentes, independientemente de los efectos que puedan producir los factores extrínsecos (condiciones de vida, nivel socioeconómico, higiene, alimentación, estado nutricional, actividad física, tendencia secular); sin embargo, son pocos los estudios que suponen proponer nuevas técnicas y metodologías para valorar la maduración biológica, considerando como ventajas los bajos costes, alta reproducibilidad, facilidad en su uso y aplicación, y principalmente que sea no invasivo.
En general sugerimos futuros estudios que abarquen muestras específicas de niños y adolescentes, practicantes y no practicantes de modalidades deportivas específicas, así como en escolares que viven en regiones de moderadas y elevadas altitudes, y de diversas razas y etnias, con la intención de verificar la edad cronológica aproximada en que se pudiera presentar la maduración somática, sexual y/o esquelética. Tales informaciones podrían contribuir en la clasificación de grupos específicos más homogéneos acordes a su realidad.
Los estudios en niños y adolescentes necesitan de un control y seguimiento para tener en cuenta los efectos de la maduración. Los diferentes indicadores (dental, sexual, somático y esquelético) proporcionan relevante información, que permite determinar el ritmo o tiempo de maduración individual. En este sentido, las características de la población de niños y adolescentes, como la edad, sexo y tamaño de la población, son determinantes en el momento de seleccionar el método a utilizar para su evaluación. En base a los estudios analizados, recalcamos que la maduración esquelética o edad ósea es el indicador más útil, sin embargo, se considera que la predicción del PVC propuesta por Mirwald et al. (2002) es un método fiable, no invasivo, de bajo coste, de fácil aplicación, que permite valorar a grandes poblaciones.
En relación a los posibles usos y aplicaciones, la valoración de la maduración, independientemente del tipo de metodología, constituye una herramienta que puede ser utilizada en el área clínica, escuela, deporte, investigación y en la calidad de vida; sirviendo como un medio de clasificación y estratificación de grupos de trabajo para homogeneizar a los niños y adolescentes en circunstancias deportivas y no deportivas, dentro y fuera de la escuela, así como auxiliar en la interpretación entre maduración y rendimiento motor.
Conflicto de intereses
Los autores declaran que no tienen ningún conflicto de intereses.
Recibido el 28 de septiembre de 2012
Aceptado el 12 junio de 2013
Correspondencia:
R. Gómez-Campos
Correo electrónico: rossanagomez_c@hotmail.com