Antioxidantes y ejercicio físico
Funciones de la melatonina
Palabras clave:
Ejercicio físico, Estrés oxidativo, Radicales libres, Antioxidantes, Daño oxidativo, Melatonina
Resumen
La evolución de los seres vivos ha tenido que superar condiciones ambientales adversas debidas principalmente a la alta concentración atmosférica de oxígeno y a la presencia de radiaciones solares ultravioletas, ambos factores promotores de una potente acción prooxidante capaz de desencadenar efectos muy adversos para distintas estructuras básicas celulares. Estas circunstancias promovieron la aparición y desarrollo de mecanismos de defensa antioxidante, como primera barrera que asegurara la supervivencia de los seres vivos más primitivos, y posteriormente como una de las principales bases de la funcionalidad armónica y equilibrada de la fisiología de las distintas especies. Por otro lado, la necesidad de movimiento y ejercicio físico ha sido uno de los estímulos que han acompañado al ser humano durante toda su evolución. Sin embargo, aunque la práctica regular de actividad física es uno de los hábitos más recomendados para combatir los procesos oxidativos ligados, entre otros, al proceso del envejecimiento, el ejercicio supone una mayor utilización metabólica del oxígeno, que finalmente promueve respuestas prooxidantes. Esta dualidad en las respuestas oxidativas (prooxidante/antioxidante) se basa en que cada tipo de ejercicio (definido por sus variables de intensidad, duración, etc.) promueve distintas respuestas y adaptaciones sobre el metabolismo del oxígeno. La melatonina es una hormona con distintas funciones fisiológicas, cuya capacidad antioxidante es una de las más relevantes en el campo del ejercicio físico, debido a sus potenciales efectos beneficiosos.